Se publicó una auditoría de las llamadas al 911 de varios años, donde se muestran informes inconsistentes de los oficiales del Departamento de Policía de Chicago.
Más de la mitad de las veces, los policías de Chicago no registran la hora cuándo llegan a la escena de una llamada de emergencia, por lo que no se sabe cuánto tiempo ocupan en hacerlo, informó la inspectora general Deborah Witzburg. Witzburg comentó al respecto que los habitantes de Chicago
han perdido la fe en pedir ayuda a la policía, y a menudo, tratan de resolver los incidentes sin los oficiales, una situación que se documentó en el informe de la auditoría realizada, después de conversaciones con residentes y organizadores de grupos comunitarios.
En esas entrevistas recibió la alerta sobre los tiempos de respuesta lentos y la falta de presencia de la policía en las llamadas al 911. El descubrimiento de mayor preocupación fue que los policías registran marcas de tiempo cuando llegan a la escena de una emergencia solo el 49% de las veces.
La inspectora general se propuso determinar si las llamadas al 911 procedentes de vecindarios afros e hispanos obtienen un tiempo de respuesta más lento, como se percibe. Sin embargo, no pudo hacerlo debido a que muchos de los datos no existen.
En su intento fallido de determinar si existe de hecho una disparidad geográfica en los tiempos de respuesta, la oficina del inspector general examinó todas las llamadas al 911 recibidas por la ciudad desde 2017 hasta 2021.
Según muestra la auditoría, llamadas en las que la policía y otros servicios de emergencia están en peligro tenían marcas de tiempo el 71% de las veces.
En tanto, aquellas que requieren un despacho rápido, registraron tiempos de llegada en el 52% de las veces.
Esto indica que el problema no es que falten datos porque los agentes de policía estén ocupados atendiendo una emergencia, ya que “cuanto más grave sea la emergencia, mayor será la probabilidad de que se registre una marca de tiempo, dijo Witzburg”. El Centro de Emergencias de Chicago recibe 3,500 llamadas de servicio al día, lo que significa 1,3 millones de llamadas al año. “Cuando las personas llaman al 911 y necesitan ayuda en una emergencia, el tiempo que tarda la policía en aparecer es lo que determina la seguridad de las personas”, destacó.
La inspectora general dijo que los informes inconsistentes impiden que la ciudad analice los factores que contribuyen a los tiempos lentos de respuesta a emergencias, identificando áreas de mejora y cualquier disparidad que pueda existir entre los vecindarios. También hace que sea más difícil para el CPD determinar si los recursos policiales se distribuyen de manera justa en los vecindarios con alta criminalidad. Witzburg destacó la falta de datos para conocer dónde están los problemas y cuánto tiempo le toma a la policía responder a emergencias.
Para concluir, sugirió mejor capacitación para los oficiales sobre la importancia de registrar los datos; equipar las patrullas con dispositivos que permitan registrar las marcas de tiempo; contar con esas marcas en ocho puntos; y un sistema de monitoreo en el CPD.