El equipo emblemático The Chicago Bears prosigue en su plan de abandonar la ciudad y construir su estadio en Arlington Heights, mientras el gobernador de Illinois JB Pritzker y la alcaldesa de la ciudad Lori Lightfoot descartan usar el dinero de los contribuyentes para ayudar a los jugadores de americanos y lograr que se queden.
Los osos anunciaron la compra de 326 acres, en $197 millones de dólares, para su nuevo estadio en el suburbio del noroeste donde tienen previsto mudarse. El terreno corresponde al Hipódromo Internacional de Arlington.
Respecto al avance de la mudanza del Chicago Bears, la alcaldesa Lori Lightfoot llamó al equipo a negociar para mantenerse en el Soldier Field. Pero advirtió que si convencer a los osos de que se queden requiere construir un nuevo estadio, no se comprometerá el dinero de los contribuyentes.
“Tenemos que ser inteligentes acerca de cómo gastamos los dólares de los contribuyentes”, dijo Lightfoot. Reconoció que el Soldier Field es el lugar más antiguo y pequeño de la NFL, y de difícil acceso, pero insistió en la negociación para su permanencia.
“Tienen un contrato que se extiende hasta el 2033, y no me refiero a romper ese contrato. Si quieren salir de él antes de tiempo, tendrán que pagar para ello”, añadió a la prensa. Romper el contrato de arrendamiento con el Distrito de Parques de Chicago podría costar a los Bears más de $80 millones.
En el mismo sentido el gobernador J.B. Pritzker dijo que los recursos o incentivos de los contribuyentes estatales no estaban a negociación para mantener al equipo en la ciudad. “Los Bears y la ciudad necesitan resolver sus diferencias para lograr que los osos se quede en Chicago”, expresó.