Legisladores republicanos de Illinois presentaron una iniciativa de ley para terminar con el estatus de santuario de inmigrantes del estado, argumentando crecientes costos para los contribuyentes.
La representante estatal Norine Hammond, republicana por Macomb, presentó el Proyecto de Ley 4187 que deroga la Ley de Confianza, una medida destinada a limitar la afluencia de inmigrantes y poner fin a la condición de estado santuario.
“Uno de los mayores problemas que enfrentamos ahora, tanto desde una perspectiva presupuestaria como humana, es la crisis en nuestra frontera sur y la afluencia de inmigrantes indocumentados a Illinois», dijo Hammond.
La ley de Confianza de Illinois prohíbe a las autoridades estatales y locales trabajar con las autoridades federales de inmigración para hacer cumplir la ley de inmigración, si esa es la única razón para aplicarla contra alguien.
Hammond explicó que la propuesta tiene el propósito de abordar los costos fuera de control que implica el cuidado de los recién llegados. “Es probable que la crisis migratoria cueste a los contribuyentes de Chicago 361 millones de dólares, sólo en 2023”, dijo.
Illinois prevé gastar en la atención a los inmigrantes un total de $400 millones en el año fiscal 2023. A la fecha mantiene suspendida las inscripción a un programa de atención médica para indocumentados mayores de edad, que significa $831,6 millones en costos proyectados para los contribuyentes, destacó la republicana.
El gobernador JB Pritzker advirtió que apoyar a los recién llegados no tiene nada que ver con el estatus de santuario, el cual existe para brindar un trato humano a inmigrantes indocumentados, “no es para las personas que son solicitantes de asilo, que están en una categoría completamente diferente”.
Pritzker evitó comentar sobre la propuesta legislativa republicana. Dijo que su atención se centra en brindar a los que no son ciudadanos el apoyo que necesitan. “Estamos concentrados en ayudar a la ciudad y asegurarnos de que estamos haciendo todo lo posible para que podamos proporcionar nuevos refugios físicos”.
Desde agosto del año pasado, Chicago y otras regiones de Illinois enfrentan la llegada de casi 20,000 no ciudadanos procedentes de la frontera sur, lo que ha significado problemas financieros para atenderlos.