A través de asociaciones con escuelas y otros grupos, la organización civil Friends of the Chicago Harbor Lighthouse busca convertir el faro del lago, una construcción que data de 1893, en un centro de educación para niños así como un atractivo turístico.
Para eso, la organización tiene un plan de tres etapas, la primera de ellas es permitir recorridos en bote para acercar a los visitantes al sitio. La segunda, restaurar el faro a fin de convertirlo en lo suficientemente seguro para que los barcos atraquen y la gente entre.
La tercera fase es preservar y festejar el faro con exhibiciones que muestran su historia, además de restaurar algunas áreas a su estado original, informó a la prensa Kurt Lentsch, presidente de la organización.
Según su apreciación, se requieren entre tres y cinco millones de dólares para restaurar el faro. Esas cifras aún deben ser aprobadas por el equipo de conservación que se reúne con frecuencia, y el siguiente paso, sería aumentar la recaudación de fondos.
El proyecto plantea enseñar a los niños la historia marítima de la ciudad al visitar el sitio, lo que implica llevarlos a la orilla del lago, abordar un bote, dar un paseo por el lago, ir al faro y aprender sobre el impacto del mismo en el desarrollo de Chicago.
