El Chicago Hispano
Los trabajadores de la tortillería El Milagro, que en su protesta laboral lograron el apoyo de residentes, políticos y activistas, anunciaron la obtención de aumentos salariales y cambios de horario después de meses en que se organizaron y lograron negociar.
Entre los logros de su movimiento están incrementos en salarios en todos los sitios de trabajo por un total de 1.3 millones de dólares, el fin de una semana laboral de siete días, que se elimina el requisito de nota médica por un día de enfermedad y la capacitación contra el acoso sexual para gerentes, de acuerdo con un comunicado de prensa.
Además, lograron mejoras como la instalación de aire acondicionado en los comedores, el pago de días de enfermedad no utilizados y que se elimine el requisito que obligaba a los trabajadores a comprar y llevar sus propias herramientas.
Aún se encuentran negociando con sus empleadores los domingos libres y una mejor seguridad en las máquinas.
Por separado, la empresa El Milagro dijo a través de un comunicado que los beneficios se lograron por una negociación directa con los trabajadores, la cual empezó al inicio de 2021, y no por la intervención de Arise Chicago o alguna otra fuente externa.
“Durante la pandemia, los trabajadores de El Milagro trabajaron en condiciones agotadoras, perdieron compañeros de trabajo y, sin embargo, se presentaron y cumplieron. Después de meses de organizarse, obtuvieron salarios más altos y mejores condiciones de trabajo. ¡Sí Se Puede!”, expresó por su parte el congresista demócrata Chuy García en un tuit.
Desde el año pasado, y como resultado de su protesta afuera de un local de El Milagro, los trabajadores empezaron a prepararse con ayuda de la organización sin fines de lucro Arise Chicago, para llevar a cabo una negociación sobre las condiciones laborales en las distintas ubicaciones que tiene la empresa en el lado suroeste de la ciudad.
En esa ocasión, después de la huelga afuera de la tortillería, los trabajadores intentaron regresar al interior del local por sus pertenencias, pero la empresa se los impidió hasta que llegó la policía. Una semana después su reclamo sumó el apoyo de residentes, políticos y activistas.