Redacción El Chicago Hispano
Los crímenes de odio en Chicago casi se cuadruplicaron en menos de cuatro años y continúan registrándose de manera numerosa, de acuerdo con un informe de la ciudad presentado durante una reunión del Concejo Municipal.
El número de delitos de odio denunciados pasó de 60 en los años previos a la pandemia a 80 en 2020; el año pasado fueron 303, y se estima que 2024 terminará con más de 60. Sin embargo, los que implican “daños criminales” ya casi superan los niveles de 2023 y otros, como las agresiones, son menos este año.
En los últimos dos años, los judíos fueron los más atacados, seguidos por los residentes afros, así como integrantes de la comunidad LGBTQ+, según el informe. En ese tiempo, algunas ordenanzas han frenado acciones, como una enmienda de diciembre que añadió grafitis específicos a delitos de odio.
Las crisis globales, el creciente partidismo político, la propaganda nacionalista blanca y las teorías de conspiración contribuyen al aumento de este tipo de delitos, dijo la representante de la Comisión de Relaciones Humanas de Chicago, Nancy Andrade.
Actualmente, añadió, “la guerra entre Israel y Hamas sigue provocando un fuerte aumento de los crímenes e incidentes de odio antisemitas e islamófobos”. “Muchos de nuestros familiares, amigos y vecinos se sienten amenazados”, aseguró.
Por su parte, la concejal Debra Silverstein (Dto. 50) expuso que los crímenes de odio han afectado con mayor fuerza al vecindario de West Ridge, predominantemente judío. Acusó a funcionarios de la ciudad de ignorar el antisemitismo y pidió la protección de la población judía de Chicago.
Silverstein destacó la falta de respuestas a varias acciones de manifestantes propalestinos que piden el fin de la acción bélica de Israel en Gaza, incluido el bloqueo de carreteras, huelgas de estudiantes y el vandalismo de la fuente de Buckingham en Grant Park, que fue teñida de rojo.
Los concejales hicieron referencia a las regulaciones aprobadas para frenar incidentes de odio, al tiempo que destacaron las numerosas publicaciones agresivas y sin control en las redes virtuales en contra de grupos sociales por su raza, color o preferencias sexuales.
La concejal Leni Manaa-Hoppenworth (Dto. 48) dijo que la enmienda que califica grafitis específicos como delitos de odio logró una limpieza de muros más rápida en su barrio. El concejal Timmy Knudsen (Dto. 43) mencionó su propuesta en proceso para acabar con la distribución de folletos de odio, con nuevas multas de $1,000 dólares.
La iniciativa de Knudsen surgió como respuesta a un incidente en su vecindario, cuando un grupo supremacista blanco dejó folletos antisemitas adheridos a veneno para ratas en 80 automóviles en Lincoln Park. “La policía dijo que no podía tomar medidas porque los atacantes no violaron ninguna ley”.
Lo que pretende hacer esta ordenanza para detener el odio, explicó Knudsen, “es mover la ley un poco para que podamos crear una multa que frene este tipo de basura ”. Una acción que se analiza para ampliarla hacia otras expresiones de odio e intolerancias contra grupos sociales”.