Continúan llegando a Chicago procedentes de Texas y tienen que esperar días en las estaciones de policía mientras les buscan refugio.
El Chicago Hispano
Una nueva ola de inmigrantes procedentes de Texas amenaza con generar una crisis en Chicago debido a la falta de espacios de alojamiento y dinero para su atención. También se estima que los cambios en la política migratoria federal aumentarán el número de solicitantes de asilo que recibe la ciudad.
Muestra de lo que se avecina fue la llegada a fines de abril de 40 personas en vuelos de ida desde Texas, quienes al no tener dónde llegar durmieron en el aeropuerto O’Hare, así como la amenaza del gobernador Greg Abbott de reiniciar el 1 de mayo el envío de inmigrantes por autobuses a la ciudad.
Además, de acuerdo con el portavoz del Concilio Municipal, César Rodríguez, en las últimas semanas cerca de 3,000 personas solicitantes de asilo han llamado al 311 para buscar el apoyo de refugio.
Como forma de prever la situación, la alcaldesa Lori Lightfoot pidió al Concilio Municipal trabajar con líderes y grupos locales para identificar sitios en los vecindarios que se puedan convertir en refugios. Destacó que los recién llegados tienen que esperar días en las estaciones de policía mientras les buscan alojamiento.
Después de las dificultades, durante enero y febrero, para acomodar a cientos de personas en dos refugios temporales, a principios de abril la ciudad consideró estabilizada la cifra de nuevos inmigrantes, por lo que el trabajo cambió a la búsqueda de unir familias en viviendas de mayor permanencia.
Sin embargo, en los últimos días del cuarto mes del año aumentó el número de inmigrantes que llegaron al aeropuerto O’Hare sin aviso ni coordinación por parte de quienes los enviaron. Las personas, la mayoría venezolanas, dijeron que les regalaron boletos de avión de ida en un refugio en San Antonio, Texas.
Los solicitantes de asilo, en su mayoría mujeres jóvenes y niños, fueron ubicados en el pasillo, cerca de la estación del tren de la Linea Azul O’Hare, antes de trasladarlos a refugios en autobús. Por ahora, Chicago atiende la demanda de alojamiento con pocos espacios habilitados, además de comisarías y bibliotecas.
La ciudad ha evaluado 200 edificios potenciales que podrían usarse como refugios temporales para albergar al menos a 250 personas, dijo Lightfoot. También se ha trabajado durante meses para convertir escuelas cerradas y otras instalaciones en alojamientos provisionales.
Con el vencimiento inminente del Título 42, que impedía que las personas cruzaran la frontera debido a problemas de salud pública, Lightfoot aseguró que la ciudad espera que lleguen aún más recién llegados a Chicago.