El Chicago Hispano
Las familias en Estados Unidos gastan ahora un 15% más que antes de la pandemia de Covid-19 debido a una creciente inflación, la cual está golpeando el bolsillo de los trabajadores.
Tan solo en octubre los precios subieron 6.2% respecto al año anterior, encareciendo alimentos, gas y vivienda con la tasa de inflación más alta desde 1990, de acuerdo con información publicada por el Departamento del Trabajo.
Los datos de la agencia federal afirman que de septiembre a octubre principalmente aumentaron 0.9% los costos de alimentos, alquiler, y combustibles, afectando a los hogares de menores ingresos. Los precios de los comestibles han subido un 5.4 % en el último año.
Los analistas destacan que el aumento de precios se debe a una fuerte demanda de los consumidores ante una persistente escasez de suministros debido a los cierres de fábricas relacionados con la pandemia de coronavirus en diferentes partes del mundo.
Por ejemplo, los precios de los automóviles nuevos aumentaron durante siete meses consecutivos al reducir la producción por la escasez de algunas piezas, lo que en consecuencia disparó los precios de los autos usados en más del 25% desde hace un año.
Sin embargo, más allá de las industrias afectadas por la pandemia, la inflación se ha extendido a muchos servicios con demanda, especialmente comidas en restaurantes, apartamentos de alquiler y servicios médicos. Los precios de la comida rápida se dispararon 7.1 % en octubre respecto al año anterior.
Los costos de la energía crecieron 4,8% solo de septiembre a octubre, y la gasolina, el gas natural y el combustible para calefacción aumentaron también por la demanda ante una oferta deficiente.
Las industrias en recuperación que enfrentan escasez de trabajadores están otorgando aumentos salariales. En especial restaurantes, hoteles y lugares de entretenimiento incrementaron en más del 10% sus salarios respecto al 2020.
Los economistas aseguran que pese a la acelerada inflación, la economía mantiene su recuperación de la pandemia y los consumidores tienen dinero para gastar por los estímulos federales, prestaciones por desempleo, así como aumentos salariales.