El próximo 1 de julio finalizará la suspensión temporal del impuesto estatal a los comestibles. El gobierno de Pritzker suspendió el año pasado el gravamen fiscal del 1% a los alimentos para aliviar el impacto de la inflación, con un ahorro de 400 millones de dólares para los contribuyentes durante el año fiscal. Es importante decir que el impuesto se suspendió por 12 meses en “alimentos que se consumirán fuera del local donde se venden”, lo cual no incluía las bebidas alcohólicas, los refrescos, los dulces y los alimentos preparados para consumo inmediato.
También el 1 de julio subirá el impuesto a la gasolina vinculado a la inflación. Apenas el pasado 1 de enero, este ajuste significó un aumento del 8.2%, es decir 3.2 centavos por galón, lo que llevó el impuesto estatal total sobre el combustible a la gasolina sin plomo a 42.4 centavos por galón. El próximo 1 de julio los conductores estarán pagando 45.4 centavos de impuesto por galón de combustible.
Minneapolis y Honolulu son las grandes ciudades donde los precios han detenido su carrera alcista. Los precios en Minneapolis subieron sólo un 1,8% en los 12 meses transcurridos hasta mayo, mientras que en la zona urbana de Hawai la cifra fue del 2%, según la Oficina de Estadísticas Laborales. Ambas regiones experimentaron grandes descensos en el costo de la energía doméstica y del combustible para motores.
El objetivo de in- flación de la Reserva Federal es del 2%, aunque utiliza un indicador de precios diferente, que no es directamente comparable con las cifras del buró de estadísti- cas. Aun así, los datos publicados muestran un enfriamiento de la inflación en toda la Unión Americana. La tasa anual a escala nacional se redujo al 4%, el nivel más bajo desde marzo de 2021.
En algunas de las mayores ciudades de Estados Unidos se ha producido una fuerte desaceleración de los precios. En Nueva York, la mayor área metropolitana, la tasa de inflación bajó al 3,5%, desde un máximo posterior a la pandemia del 6,7% en junio de 2022. El cambio fue aún mayor en Los Ángeles y Chicago, que tenían tasas del 8,5% o más en el pico, y ahora tienen una inflación algo superior al 3 por ciento.