La actualización de la Ordenanza “Ciudad de Bienvenida” consiguió entrar en vigencia a partir de la firma de la alcaldesa Lori Lightfoot, el pasado 23 de febrero, finalizando la cooperación de la policía de Chicago con los agentes federales de inmigración para deportar a extranjeros indocumentados.
En enero el Concejo Municipal aprobó la actualización, la cual cierra las lagunas en la ordenanza original. “Chicago ha sido una ciudad acogedora y una ciudad de inmigrantes desde su fundación, y con orgullo”, dijo Lightfoot tras la firma.
Se prohibirá a las agencias de la ciudad detener a personas únicamente porque podrían estar en los Estados Unidos sin permiso legal y transferir a cualquier persona a la custodia de ICE para la aplicación de leyes de inmigración.
Según la enmienda, la policía de Chicago tampoco podrá cooperar con los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) si los nombres de los arrestados están en la base de datos de pandillas de Chicago, si tienen cargos o condenas en sus antecedentes o cuentan con órdenes de arresto.
Los partidarios de la ordenanza confían en que los integrantes de la comunidad de inmigrantes de Chicago ahora tendrán más confianza en que pueden llamar a la policía y cooperar con las investigaciones policiales sin temor a ser deportados.