La Cámara de Representantes aprobó el proyecto de ley de ayuda para la pandemia de 1,9 billones de dólares, que pasó al Senado para su aprobación. Se espera que esté en el escritorio del Presidente Biden antes de que expiren los subsidios de desempleo, el 14 de marzo.
El paquete aprobado la madrugada del sábado destina dinero en efectivo a individuos, empresas, escuelas, ciudades y estados golpeados por el Covid-19, con el fin de facilitar la recuperación y aceleración de la economía, como se planteó en la iniciativa original apoyada por el mandatario estadounidense.
De aprobarse el proyecto, se entregarían cheques de $ 1,400 por persona, de acuerdo a sus ingresos, incluyendo dependientes adultos; aumentarían los créditos fiscales para niños menores de 6 años, a $3,600, y hasta 18 años por $ 3,000; se extenderían los beneficios de desempleo de emergencia hasta el 29 de agosto y el monto pasaría de $300 a $400 semanales.
También significaría el envío de $130,000 millones a las escuelas K-12 para ayudar a los estudiantes a regresar a las aulas, así como millones de dólares en apoyo a universidades, para vacunas y pruebas Covid-19, a inquilinos con sus rentas, alivio a hipotecas, y subsidios del seguro médico para desempleados.
Ademas, $ 350,000 millones a gobiernos estatales y locales, tribus y territorios, otros montos a productores de alimentos, industrias en dificultades como aerolíneas, y ayuda a pequeñas empresas. Entre los múltiples beneficios aumentarían 15% el valor de los cupones de alimentos hasta septiembre, y se compensaría el alimento gratuito de las escuelas cerradas.
El proyecto de ley de ayuda por Covid-19 aprobado por la Cámara de Representantes incluye el polémico aumento al salario mínimo, $15 dólares por hora, al que se oponen los republicanos, y que se espera sea punto central cuando el Senado debata su versión esta semana.
Para los republicanos el proyecto es demasiado caro, después de un gasto de casi 4 billones de dólares en ayuda el año pasado, con poco apoyo a la educación, y con dedicatoria partidista. Los demócratas consideran que el desempleo masivo y el medio millón de vidas estadounidenses perdidas son razones suficientes para actuar.
Los demócratas tienen una frágil mayoría en la Cámara de solo 10 votos, y el 50% en el Senado, donde sólo podrían controlar un voto de desempate con la intervención por ley de la vicepresidenta Kamala Harris.