Redacción El Chicago Hispano
El programa piloto de Residencia Docente de las Escuelas Públicas de Chicago (CPS, por sus siglas en inglés), destinado a reforzar las plantillas de maestros en las comunidades escolares, continúa creciendo al abrir una oportunidad de integración a los padres voluntarios, asistentes de aula y personas que cambian de carrera.
Durante una ceremonia de fin de preparación, un grupo de 193 adultos obtuvieron su licencia de maestros después de terminar su año de residencia, lo que les permitirá contar con sus propias aulas en el otoño. En el evento se informó que el programa de CPS ya reclutó para el próximo año a 225 futuros maestros.
El piloto inició en 2018 con sólo 12 participantes; seis años más tarde, sigue creciendo y ayudando a cubrir vacantes en escuelas con mayor escasez de maestros, informó Ben Felton, jefe de recursos humanos de CPS. “Es una inversión importante del distrito, pero la mejor forma de capacitar a un maestro”, dijo.
“El programa ayuda a cubrir vacantes en áreas donde es especialmente difícil encontrar maestros: en educación especial, estudiantes de inglés, en aulas y escuelas de alta pobreza, donde los educadores van y vienen con más frecuencia”, explicó.
Consiste en que los interesados se inscriban y tomen cursos universitarios mientras siguen a un maestro de CPS a tiempo completo. Para ello, tienen que pagar entre $20,000 y $30,000 en matrícula en uno de los cinco colegios y universidades locales que se han asociado con el distrito escolar.
Los participantes reciben $40,000 más beneficios por el año de residencia y hay varias becas disponibles para ayudar con la matrícula. En su segundo año, el maestro obtiene un aumento y un salón de clases propio, pero deben comprometerse a trabajar en CPS durante al menos dos años.
Felton precisó que cerca del 88 % de los primeros participantes siguen con CPS cinco años después del año de residencia, lo que consideró está ayudando a resolver los problemas de retención de maestros del distrito, y mejorará, si el programa sigue creciendo.
“CPS contrata cerca de 1,500 maestros cada año, por lo que los 225 inscritos al piloto del próximo año representarán alrededor del 15 % de esas contrataciones”, destacó. Muchos participantes son padres voluntarios, asistentes de aula de educación especial o de maestros, con experiencia y conexiones en escuelas y comunidades.
El programa es una ayuda para formar maestros en las comunidades debido a que los jóvenes universitarios graduados difícilmente se quedan en CPS después del primer o segundo año, “especialmente si no son de Chicago o trabajan en escuelas de alta pobreza con una serie de desafíos”, agregó.
El funcionario dijo que el piloto surgió cuando el distrito decidió dejar de ser un consumidor pasivo del talento que ofrecen las universidades locales, “y, en su lugar, desempeñar un papel activo en la configuración de quiénes serán la próxima generación de maestros de CPS”.
Entre los nuevos maestros presentados en la ceremonia se encontraba Yesenia Francois, quien, después de completar el programa de residencia docente, imparte una clase de inclusión de primer grado en lenguaje dual en la Escuela Primaria William P. Nixon en el vecindario de Hermosa, en el lado noroeste.
François participó en el primer grupo del programa. Estaba a dos cursos de terminar la licenciatura cuando a su hijo le diagnosticaron epilepsia, por lo que abandonó su educación. Se ofreció como voluntaria en la primaria de su hijo y luego fue contratada como asistente de aula de educación especial.
Un colega le envió un correo electrónico sobre el nuevo programa de residencia, que consideró perfecto para convertirse en maestra. Ahora François será mentora de un nuevo docente residente en el programa del próximo año escolar.
Naomi Taylor abandonó su carrera en gestión empresarial y minorista para pasar más tiempo con su hijo. Comenzó a trabajar como voluntaria en la escuela Metcalf Elementary en West Pullman, y más tarde, la contrataron como asistente de aula de educación especial.
Taylor acaba de terminar su año de residencia en Joplin Elementary, en Gresham, en el lado sur, y está en proceso de ser contratada en otra escuela, donde tendrá su propia clase en agosto. Recibió su licencia de maestra con respaldo bilingüe y enseñará en un salón de educación especial el próximo ciclo.