Redacción El Chicago Hispano
Ismael “El Mayo” Zambada García, de 76 años, y Joaquín Guzmán López, de 38, los dos dirigentes del cártel de Sinaloa, una de las principales organizaciones narcocriminales de México, se mantienen presos en cárceles de Estados Unidos, mientras el Gobierno del vecino país sigue sin aclarar cómo fue su captura.
Ambos delincuentes, detenidos sin derecho a libertad bajo fianza, ya comparecieron en una corte federal en fechas distintas: Zambada, en Texas, y Guzmán, en Illinois. En audiencias de corta duración, los dos se declararon no culpables de los cargos por delitos relacionados con drogas.
Zambada, acusado de siete cargos por narcotráfico y con procesos abiertos en varios estados de la unión americana, compareció en silla de ruedas en dos audiencia breves, donde el tema principal fue el proceso que seguirá, y si debería ser juzgado por separado. Su próxima audiencia es el 9 de septiembre.
En tanto, Guzmán López, hijo de “El Chapo” Guzmán, escuchó cinco cargos en su contra, contestó preguntas de la juez federal y dijo ser bilingüe, no necesitar de intérprete, tener dos carreras universitarias, padecer problemas de la glándula tiroidea y sufrir de presión alta. Su próxima audiencia es el 30 de septiembre.
Desde la detención de ambos narcotraficantes, el jueves 25 de julio, no existe certeza sobre cómo ocurrieron los hechos. El Gobierno de México ofrece datos contradictorios, y se preocupa más por aclarar que no intervino en la captura y en seguir solicitando información de los hechos a Estados Unidos.
Las autoridades estadunidenses no han ofrecido detalles más allá del arresto de los dos mexicanos por parte de la DEA y el FBI en un pequeño aeropuerto de Texas. La versión más repetida a nivel mediático, aunque no la más creíble, es qué Guzmán López traicionó a «El Mayo» Zambada y, que con mentiras, lo entregó.
El abogado de Zambada, Frank Pérez, afirmó que su cliente fue secuestrado por Guzmán López y llevado a Estados Unidos a bordo de un avión privado, mientras que el abogado del hijo de «El Chapo», Jeffrey Lichtman, negó la versión y aseguró que su cliente no tiene ningún arreglo con el Gobierno.
Varios días después, el presidente López Obrador afirmó que el Gobierno de Estados Unidos le confirmó la versión de la traición de Guzmán López a «El Mayo» Zambada para secuestrarlo y entregarlo a las autoridades estadounidenses.
El mandatario dijo que no le preocupa lo que puedan declarar ambos detenidos, en respuesta a la acusación ciudadana de que él protege a narcotraficantes y mantiene vínculos cercanos con el cártel de Sinaloa, de quien recibió financiamiento en campañas electorales pasadas.
Estados Unidos persigue a «El Mayo» Zambada desde hace más de 30 años, incluso, existe una recompensa de $15 millones de dólares. Sin embargo, la forma en que ocurrieron los hechos reafirmó la teoría de una entrega pactada de ambos crimínales con autoridades estadounidenses.
En México, un abogado de la familia Guzmán, José Luis González Meza, declaró a los medios que tanto «El Mayo» como Guzmán López se entregaron voluntariamente después de una negociación de cuatro años con Estados Unidos.
El abogado dijo que la relación de las dos familias sigue siendo “impecable” y que no habrá una guerra por el control de la organización criminal. Aun cuando la versión de la traición sigue dominando en el discurso del Gobierno y la atencion mediática, hay situaciones que reafirman la entrega negociada.
Se trata del caso de Vicente Zambada, alias “Vicentillo”, el hijo menor de «El Mayo» Zambada, detenido en México en 2009 y extraditado a Estados Unidos en 2010, quien se declaró culpable, colaboró con las autoridades y consiguió su libertad en 2021.
El otro hijo de «El Chapo», Ovidio Guzmán, extraditado el año pasado, ya no está en los registros carcelarios, por lo que se especula que también logró, o está por lograr, su libertad al acogerse al programa de testigos protegidos. En tanto, Joaquín «El Chapo» Guzmán cumple cadena perpetua en Colorado tras su condena en 2019, en Brooklyn.