Redacción ECH
El Índice de Confianza del Consumidor de The Conference Board mejoró 2,0 puntos en julio hasta 97,2, desde 95,2 en junio, mientras que el Índice de Situación Actual —basado en la evaluación de los consumidores sobre las condiciones de los negocios y del mercado laboral— cayó 1,5 puntos hasta 131,5.
De acuerdo con el mismo reporte, el Índice de Expectativas —basado en la visión a corto plazo de los consumidores sobre ingresos, negocios y mercado laboral— subió 4,5 puntos hasta 74,4. Sin embargo, las expectativas permanecieron por debajo del umbral de 80, que normalmente indica una recesión inminente, por sexto mes consecutivo. La fecha límite para los resultados preliminares fue el 20 de julio de 2025.
“La confianza del consumidor se ha estabilizado desde mayo, recuperándose de la fuerte caída de abril, aunque sigue por debajo de los niveles del año pasado”, señaló Stephanie Guichard, economista sénior de Indicadores Globales en The Conference Board.
“En julio, el pesimismo sobre el futuro disminuyó un poco, lo que dio lugar a una ligera mejora en la confianza general. Los tres componentes del Índice de Expectativas mejoraron: los consumidores se mostraron menos pesimistas sobre las condiciones empresariales y el empleo a futuro, y más optimistas sobre sus ingresos. Mientras tanto, la evaluación de la situación actual cambió poco. Hubo un leve aumento en la percepción de condiciones empresariales favorables, aunque la visión sobre la disponibilidad de empleos se debilitó por séptimo mes consecutivo, alcanzando su nivel más bajo desde marzo de 2021. Un 18,9 % de los consumidores indicó que los empleos eran difíciles de conseguir en julio, frente al 14,5 % en enero”, explicó.
El leve aumento de confianza en julio se debió principalmente a consumidores mayores de 35 años y se reflejó en todos los grupos de ingresos, excepto en los de menores ingresos (hogares con menos de 15 mil dólares al año). Por afiliación política, la confianza mejoró entre los republicanos, mientras que se mantuvo estable entre demócratas e independientes.
Guichard añadió: “Las respuestas abiertas mostraron que los aranceles siguen siendo una preocupación central, asociados en su mayoría a un temor de que provoquen alzas de precios. Además, las menciones a precios elevados e inflación aumentaron en julio, a pesar de que las expectativas promedio de inflación a 12 meses bajaron ligeramente al 5,8 %, desde 5,9 % en junio y un máximo de 7 % en abril.
Varios encuestados mencionaron la reciente legislación de conciliación presupuestaria aprobada por el Congreso (a la que llamaron ‘Big Beautiful Bill’). Algunos destacaron su posible impacto positivo y otros, sus dudas. Sin embargo, este tema se mantuvo en segundo plano frente a otras preocupaciones principales de los consumidores.
En cuanto a los mercados financieros, las expectativas sobre precios de acciones siguieron recuperándose del mínimo de 16 meses alcanzado en abril: el 47,9 % espera que suban en los próximos 12 meses, frente al 37,6 % de hace tres meses. Las expectativas de alzas en las tasas de interés bajaron al 53 % (desde 57,1 % en junio) y más consumidores prevén una reducción de tasas (21,2 % vs. 18,4 % en junio). Una pregunta especial mostró que los consumidores esperan que las tasas de tarjetas de crédito sean las que más aumenten, por encima de hipotecas, préstamos para autos y otras tasas.
Las percepciones sobre la situación financiera actual y futura de las familias se mantuvieron sólidas, aunque con un leve deterioro en julio. La proporción de consumidores que anticipan una recesión en los próximos 12 meses descendió ligeramente, pero aún se mantiene por encima de los niveles de 2024.
En cuanto a planes de compra, disminuyó el interés en adquirir autos y viviendas en julio, aunque las cifras se mantuvieron estables en el promedio móvil de seis meses. Las intenciones de comprar artículos de gran valor fueron mixtas (descendieron para electrodomésticos, subieron levemente para productos electrónicos).
En servicios, el gasto proyectado bajó por segundo mes consecutivo: comer fuera sigue siendo la categoría principal, pero también mostró una de las caídas más marcadas, junto con transporte y alojamiento para viajes personales. Las intenciones de vacacionar en general bajaron; un poco más de consumidores planean viajar al extranjero, mientras que los planes de viajar dentro de EE. UU. disminuyeron.







