En abril, después de la muerte por coronavirus de su propietario Saúl Moreno, el restaurante mexicano Cuetzala Guerrero, ubicado en el vecindario Rogers Park, cerró sus puertas debido a la mala situación económica de la familia. El sitio reabrió la semana pasada gracias a los donativos de los vecinos, que sumaron $20,000 dólares.
Agobiados por la pena, los familiares de Saúl no querían continuar con el restaurante, pero el gesto bondadoso de sus vecinos los hizo pensar en reabrir el sitio como un homenaje a quien trabajó sin descanso construyendo el sueño americano para todos ellos.
Saúl Moreno abrió su restaurante en 2005 en el 7360 N. Clark St., donde todo los días se ocupaba en la cocina, aunque siempre dedicaba un tiempo para saludar a los clientes. Su historia de perseverancia empezó a los 13 años cuando llegó a Estados Unidos procedente de México desempeñando diferentes trabajos.
En su edad madura consiguió un trabajo en un restaurante de mariscos del centro de la ciudad, donde descubrió el gusto por la cocina y empezó a crear recetas. Cuando el sitio cerró Saúl se empleó en una concesionaria de automóviles, pero su pasión por la cocina lo hizo fijarse como objetivo ahorrar para abrir un restaurante en Rogers Park, el vecindario donde vivía con su familia.
Saúl se enfermó el 23 de marzo de este año y cerró su restaurante al día siguiente. Su condición empeoró y murió el 15 de abril después de tres semanas en cuidados intensivos. Tenia 58 años de edad. La familia decidió retirarse del negocio de restaurantes, incluso vendiendo gran parte del equipo de cocina del lugar.
Fue cuando el cariño de los vecinos se hizo sentir, a través de palabras de aliento y buenos deseos de la comunidad, la colocación de flores y velas afuera del restaurante, de notas escritas a mano que dejaban debajo de las puertas de la tienda, entre otros. Varios vecinos detuvieron a los miembros de la familia en la acera para sugerirles que no cerraran el restaurante.
Al conocer la situación económica de la familia, los vecinos decidieron hacer una colecta para ayudarla, y recaudaron $ 20,000 dólares, de los cuales parte sirvió para cubrir los costos del funeral de Saúl y el resto para comprar nuevos equipos de cocina y contratar personal.
Maria y sus hijos Hugo y Daisy se asesoraron con una parienta que tiene un restaurante también en Chicago para reabrir Cuetzala Gro., y continuar con la pasión del padre de familia. El sitio no sufrió modificaciones, y la única diferencia que existe es un mural dedicado a Saúl, que honra su legado con imágenes de su ascenso de empleado de la cocina a restaurantero.
Maria y Hugo prepararon la reapertura del restaurante desde el 19 de junio, con la ayuda en la administración de Daisy, recién graduada de la universidad, quien además apoya los fines de semana. Cuetzala Gro. estará abierto de 13:00 a 20:00 p.m., de martes a domingo.