Redacción El Chicago Hispano
Al cerrar oficialmente la llamada “zona de aterrizaje”, Chicago puso fin a los servicios destinados específicamente a ayudar a los solicitantes de asilo que llegaron masivamente a la ciudad, después de más de dos años de enfrentar desafíos e incertidumbre para atenderlos.
Un día después del cierre del sitio de recepción de los recién llegados, la ciudad informó a través de un comunicado la cancelación de estos servicios y que dejará de emitir actualizaciones diarias del censo de los refugios abiertos para ellos, lo que marca el final de su respuesta a la crisis migratoria.
“La administración Johnson agradece el apoyo y la cooperación de los habitantes de Chicago, los grupos de ayuda mutua, las organizaciones comunitarias, las comunidades religiosas, la filantropía y muchos otros”, indica el comunicado emitido el viernes 27 de diciembre.
“Apreciamos su colaboración mientras nuestra ciudad respondió con urgencia, compasión y responsabilidad fiscal a la rápida llegada de un gran número de solicitantes de asilo y otros migrantes”, agrega. La misión de ayuda a los migrantes estará completamente finalizada el 31 de diciembre de 2024.
En octubre, el alcalde anunció que la ciudad cerraría su sistema de refugios para migrantes a finales de año y lo combinaría con el sistema de refugios destinado a personas sin hogar. Esta fusión sumaría 3,800 camas de albergues de migrantes a las 3,000 que existen de los sin techo.
Desde el anuncio, la ciudad empezó a cerrar los refugios que aún funcionaban para migrantes en toda la ciudad. A la fecha, según el último dato de la Oficina de Gestión de Emergencias y Comunicaciones aún hay 2,476 migrantes viviendo en seis albergues municipales y estatales en Chicago.
El nuevo programa de refugios estará disponible para cualquier persona sin hogar a partir de enero de 2025 a través del Centro de Recursos de Ubicación de Refugios, que reemplaza para los migrantes la “zona de aterrizaje” ofreciéndoles 200 camas y servicios las 24 horas mientras los reubican.
Desde agosto de 2022, Chicago recibió 51,649 migrantes procedentes en su mayoría de Venezuela, pero también de otros países de Centro y Sudamérica. La mayoría llegó en autobuses enviados por el gobernador de Texas, Greg Abbott, como protesta contra la política federal de inmigración.
La crisis migratoria comenzó durante el mandato de la ex alcaldesa Lori Lightfoot, con la llegada diaria de migrantes en esos autobuses, después se extendió y agravó en el inicio de la administración del alcalde Brandon Johnson, sumando la llegada de migrantes por vía aérea.
Fue un periodo crítico para migrantes, funcionarios de la ciudad y residentes, con acciones polémicas por la falta de consulta, el gasto que implicaban y los bajos resultados. En junio pasado, el presidente Joe Biden emitió una orden ejecutiva que frenó la entrada de migrantes, lo que redujo la presión para Chicago.
ncia de muertes por opioides es solo uno de los factores que contribuyen a una gran disparidad en la esperanza de vida de todos los residentes afros de Chicago respecto a otros grupos raciales, otros son violencia, enfermedades materno-infantil, por ejemplo.