La ciudad trata de combatir la avalancha de desinformación sobre las vacunas, que aseguran crea “un ambiente de terror” en la comunidad latina, una de las más impactadas por el virus.
Marcelo Wheelock- El Chicago Hispano
La ciudad de Chicago lanzó una iniciativa dirigida a la comunidad hispana, como parte de sus esfuerzos para proporcionar información veraz sobre las vacunas contra el Covid-19, con el fin de romper los mitos que existen en torno a ellas y lograr que más latinos reciban la vital inmunización.
El objetivo es atajar la cadena de desinformación que inunda las redes sociales con teorías de conspiración y reportes engañosos sobre el Covid-19 y la vacuna que ha complicado la campaña de inmunización entre los latinos, que tradicionalmente no ven con buenos ojos lo que viene del gobierno.
“Esta desinformación ahora mismo es tan poderosa que se ha convertido en una barrera que casi no se puede derrumbar”, dijo en una entrevista con El Chicago Hispano la doctora Geraldine Luna, directora médica del Departamento de Salud Pública de Chicago, que está a cargo del proyecto.
Luna dirige la serie en español “Pregúntale a la Doctora Luna”, que se transmite en las redes sociales de la agencia gubernamental (Chicago Department of Public Health) y en la de la alcaldesa Lori Lightfoot (Chicago Mayors Office), entre otras.
“Este segmento son preguntas y respuestas, y permite que podamos hablar el mismo idioma y que culturalmente se entienda, que sea concordante con nuestra grandísima comunidad hispanohablante que tenemos en Chicago”, dijo Luna, que agregó que su misión es conectar con la audiencia y para ello traen invitados que puedan ayudarla.
El gran desafío de Luna
La doctora de origen puerroriqueño y quien habla perfectamente español asegura que su gran desafío es precisamente romper con todo esos mitos que existen en la comunidad, una que ha sido impactada de manera desproporcionada por un virus que ha matado a más de 1,774 hipanos en Chicago.
“La mitad de la población de Chicago ha decidido como no vacunarse. Hemos visto un decremento importante en la aceptación de la vacuna de un 25 por ciento comparado con antes de la situación con la vacuna de Johnson & Johnson”, manifestó Luna en referencia a la decisión del gobierno federal de solicitar una pausa en su uso en abril luego de reportarse seis casos de un “tipo de coágulo de sangre raro y grave” en mujeres.
Después de una revisión de “seguridad exhaustiva”, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) recomendaron reanudar la utilización de la vacuna de Johnson & Johnson (Janssen), tras determinar que los “beneficios conocidos y potenciales superan sus riesgos conocidos y potenciales en personas de 18 años y mayores”.
“Ahorita la información es lo que está decidiendo y lamentablemente los medios sociales están desinformando, creando mitos acerca de la vacuna y acerca de la seguridad de la vacuna. Por eso, esta iniciativa es para tratar de lograr una cultura positiva, que las personas se sientan confiadas y a gusto, y vean que estas vacuna protegen la vida de cada uno de nosotros y de las personas que amamos”, dijo Luna.
Los mitos
Para la experta en salud pública, la desconfianza que existe en la comunidad hacia las vacunas no es nada nuevo.
“Nuestras comunidades han sido segregadas y marginadas. Tenemos lo que es el trasfondo del trauma histórico de haber sido víctimas de la ciencia y de científicos inescrupulosos y de sistemas de gobiernos”, dijo Luna en referencia a “cosas horribles que se han hecho en nombre de la ciencia”, como la esterilización de mujeres latinas para reducir la población y bajar la carga pública.
Entonces, existe una creencia de parte de algunos hispanos de que las vacunas son parte de un programa de investigación en el que los latinos son “conejillas de India”, explicó la doctora nacida en Nueva York y criada en Puerto Rico.
“Incluso hemos visto en los medios que cuando mueren personas achacan las muertes a la vacuna. Y se necesita más información e investigación, para determinar si esos casos son correctos, pero crean una atmósfera de terror de ponerse la vacuna”, manifestó la directora médica del Departamento de Salud Pública de Chicago.
Según la doctora, se trata de un problema multigeneracional: “Es un frente común, el terror existe a nivel de todas las generaciones, desde padre, madre, hijos… todos”.
Por esa razón, “ahora estamos sentados literalmente sobre vacunas y vacunas y no tenemos a personas que decidan ponerse las vacunas, no se sienten seguras y cómodas”, lamentó.
Las redes sociales se han inundado de múltiples teorías de la conspiración, como que las inmunizaciones contra el Covid-19 causan infertilidad, de que son inseguras porque se desarrollaron en pocos meses, de que tienen un microchip o que te convierten en zombies, entre otras muchas, que infunden miedo y que están socavando los esfuerzos de vacunación.
Otro mito que ha generado temor entre algunos en la comunidad es que les pidan ‘papeles’ o prueba de seguro médico, y que acaben detenidos o deportados por ser indocumentados, algo que no está sucediendo.
Luna instó a la comunidad hispana a obtener información veraz sobre la vacuna. “Las vacunas salvan vidas, salvan la vida de uno, salvan las vidas de las personas que amamos y salvan a nuestras comunidades completas. Los latinos hemos sido desproporcionalmente afectados y eso no lo podemos negar. La predisposición de nosotros a enfermarnos con el covid-19 es tres veces más alta que la de los anglosajones, entonces la posibilidad de morir es más alta”.
“Vacúnense, las vacunas salvan vidas”, reiteró la experta en salud pública.
Más información:
“Pregúntale a la Doctora Luna”
Miércoles a las 3 p.m
Redes sociales de la alcaldía de Chicago y Chicago Department of Public Health
MITOS SOBRE LAS VACUNAS
¿Las vacunas contra el Covid-19 modifican mi ADN?
No, no modifican ni interactúan con el ADN, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Actualmente existen dos tipos de vacunas contra el Covid-19 que han sido autorizadas y recomendadas para su uso en los Estados Unidos: las vacunas de ARN mensajero (ARNm) y las vacunas de vectores virales. Tanto las vacunas ARNm como las de vectores virales contra el Covid-19 les dan instrucciones (material genético) a nuestras células para que comiencen a generar protección contra el virus que causa el Covid-19. Sin embargo, el material nunca ingresa al núcleo de la célula, que es donde se encuentra nuestro ADN. Esto significa que el material genético de las vacunas no puede afectar nuestro ADN ni interactuar con él de ninguna forma. Todas las vacunas contra el Covid-19 funcionan con las defensas naturales del organismo para generar inmunidad a la enfermedad de manera segura.
¿La vacuna contra el Covid-19 puede hacer que contraiga el Covid-19?
No. Ninguna de las vacunas contra el COVID-19 autorizadas y recomendadas ni las vacunas contra el Covid-19 que actualmente se están desarrollando en Estados Unidos contiene el virus vivo que causa el Covid-19. Esto significa que las vacunas contra el Covid-19 no pueden hacer que se enferme de Covid-19.
Las vacunas contra el Covid-19 le enseñan a nuestro sistema inmunitario a reconocer y combatir el virus que causa el Covid-19. A veces, este proceso puede producir síntomas, como fiebre. Estos síntomas son normales y son signos de que el organismo está generando protección contra el virus que causa el Covid-19.
Por lo general, el organismo demora algunas semanas en generar inmunidad (protección contra el virus que causa el Covid-19) luego de la vacunación. Esto significa que es posible que una persona se infecte por el virus que causa el Covid-19 justo antes o justo después de haberse vacunado, y que se enferme de todos modos. Esto se debe a que la vacuna no tuvo suficiente tiempo para generar protección.
¿Los CDC pueden obligarme a recibir la vacuna contra el COVID-19?
El gobierno federal no obliga a las personas a vacunarse.
Además, los CDC no conservan ni monitorean los registros de vacunación de las personas.
.
Fuente:CDC