Redacción El Chicago Hispano
Debido a la escasez de trabajadores de salud mental, la ciudad capacita a personas que viven en áreas con tasas de suicidios más altas para detectar señales de riesgo y tratar de prevenirlos, según información del Departamento de Salud de Chicago (CDPH, por sus siglas en inglés).
Dichos vecindarios incluyen Mount Greenwood y Calumet Heights, en el lado sur, hasta Norwood Park en el lado noroeste, de acuerdo con un comunicado. En esas áreas residen numerosos trabajadores de la ciudad, como agentes de policía y otros, que también se incorporan a este objetivo.
La agencia local informó, además, que planea ampliar el acceso a los recursos de salud mental reabriendo otros dos centros de atención, los cuales se suman a cinco que administra la ciudad y que ya están abiertos, dijo en el comunicado la Dra. Olusimbo Ige, comisionada de Salud Pública de Chicago.
La capacitación que otorga el departamento es un programa que ayuda a detectar señales para prevenir el suicidio en las comunidades de trabajadores y residentes, quienes son conocidos como “guardianes”. Es una forma de cubrir la escasez de especialistas en salud mental, explicó Ige.
Dijo que la pandemia dejó a muchas personas sintiéndose aisladas, solas, después de llorar la pérdida de sus seres queridos a causa del virus, estados mentales que requieren atención. La Dra. Ige mencionó la red de clínicas privadas y sin fines de lucro en toda la ciudad que tratan a personas de bajos ingresos.
Un estudio de la Universidad de Chicago encontró que de 2015 a 2021 las tasas de suicidio en la ciudad aumentaron entre hombres y mujeres afros, hombres latinos y mujeres asiáticas. Cuatro de seis clínicas de salud mental administradas por la ciudad, que cerraron hace años, están en barrios afros y latinos.
Entre 2018 y 2022, los blancos representaron las tasas más altas de residentes de Chicago que murieron por suicidio, aunque hubo un aumento entre las personas mayores de 65 años o más y los residentes negros durante la pandemia, según datos del CDPH.
Se reabrirá la clínica de Roseland
En tanto, el alcalde Brandon Johnson explicó su plan de salud mental que incluye la reapertura de la Clínica Roseland, como uno de los tres sitios adicionales que ofrecerán servicios de salud mental para fin de año, agregar servicios de salud mental en la Clínica Pilsen y la Biblioteca Legler en West Garfield Park.
También contempla duplicar el número de los llamados equipos de Respuesta Alternativa de CARE, donde los paramédicos, trabajadores de salud mental y, en algunos casos, agentes de policía capacitados en respuesta a crisis atienden llamadas en lugar de solo policías.
Las medidas tienen el propósito de ampliar los servicios de salud mental recortados hace más de una década, por lo que la ciudad estará reabriendo su centro en el vecindario Roseland en el extremo sur y agregando servicios a otros dos sitios en el lado oeste.
“El objetivo es aliviar la tensión de alguien que está luchando con un problema de salud mental y conectarlo con la atención médica”, dijo Johnson, quien en su campaña hizo la promesa de reabrir una de las clínicas cerradas de la ciudad.
En 2012, el alcalde Rahm Emanuel cerró siete clínicas administradas por la ciudad, la mitad de las que estaban abiertas en ese momento, debido a recortes presupuestarios. Johnson recordó una vez más a su hermano Leon, quien murió adicto, sin hogar y luchó con problemas de salud mental.