Redacción El Chicago Hispano
Antes de concluir su mandato, el presidente Joe Biden concedió un indulto presidencial a su hijo Hunter Biden, quien había sido hallado culpable de delitos relacionados con evasión fiscal y posesión ilegal de armas de fuego.
Hunter fue declarado culpable a principios de este año por mentir sobre su consumo de drogas al adquirir un arma de fuego, un delito considerado grave en Estados Unidos. Asimismo, enfrentó cargos por evasión fiscal. Estos procesos judiciales surgieron en un contexto de constante escrutinio por parte de los opositores políticos de su padre, quienes han señalado sus acciones como evidencia de un trato preferencial.
En un comunicado del domingo, Joe Biden calificó estas acusaciones como una «cacería política», argumentando que Hunter fue procesado injustamente por ser su hijo. “Ninguna persona sensata que analice los hechos de los casos contra Hunter puede llegar a otra conclusión que no sea que fue señalado sólo porque es mi hijo, y eso está mal”, aseguró el mandatario.
Cambio en la postura presidencial
Según un reporte de AFP, la decisión de otorgar el indulto contrasta con declaraciones previas del presidente y su equipo. En septiembre, la secretaria de prensa de la Casa Blanca afirmó categóricamente que Joe Biden no planeaba intervenir en los asuntos legales de su hijo. Además, el mandatario había prometido repetidamente no interferir en las decisiones del Departamento de Justicia durante su mandato.
Sin embargo, Biden justificó su cambio de postura señalando que los cargos surgieron por influencia política de sus adversarios en el Congreso. “Creo en el sistema de justicia, pero también creo que la política infectó este proceso e indujo a un error judicial”, añadió.
Tradición presidencial de los indultos
En Estados Unidos, es común que los presidentes utilicen el poder del indulto durante sus últimos días en el cargo. Esta prerrogativa permite a los mandatarios cerrar capítulos controvertidos antes de dejar la Casa Blanca. En este caso, Biden optó por ejercer este poder en medio de una transición a un segundo mandato de Donald Trump, quien asumirá la presidencia en enero.
Sin dudas, este indulto marca un punto culminante en una Administración que ha enfrentado constantes desafíos políticos y personales, dejando a la opinión pública dividida sobre el impacto de esta acción en el panorama político estadounidense.