Los bares sin licencia de alimentos ya no pueden servir bebidas en interiores, sólo al aire libre, mientras que los gimnasios redujeron su capacidad a 10 personas, se limitaron las servicios personales, como afeitados y tratamientos faciales, así como las reuniones en apartamentos, medidas vigentes desde el viernes 24 que intentan frenar el aumento de contagios de coronavirus.
Las nuevas restricciones se presentan un mes después de que la ciudad ingresó a la Fase 4 del plan de reapertura, el 26 de junio, que permitía comer y beber así como hacer ejercicio en interiores a capacidad limitada. Las medidas se establecieron debido a que el número promedio de casos nuevos de contagio por día está en aumento impulsado por personas de entre 18 y 29 años con gran actividad social.
La intención de estas disposiciones es limitar las oportunidades para que los jóvenes se reúnan y transmitan el virus. Los bares, tabernas y cervecerías sin permiso de alimentos aún podrán proporcionar servicio al aire libre como lo hicieron en la Fase 3, pero reducirán de 10 a 6 personas la ocupación de mesas, y los restaurantes que sirven alcohol continuarán operando mientras cumplan con las regulaciones existentes.
En tanto, los servicios personales y gimnasios también tendrán restricciones. El tamaño de las clases de acondicionamiento físico en interiores se redujo a partir del viernes a un máximo de 10 personas en lugar de 50, y ya no se permitirán los servicios personales que requieran la eliminación de las protecciones faciales, como afeitados, tratamientos faciales, etc.
Ademas, se solicitará a los administradores de propiedades residenciales que limiten la entrada de invitados a cinco por unidad para evitar reuniones y fiestas en interiores. La Asociación de Apartamentos del área de Chicago se comprometió a publicar avisos en los edificios de apartamentos.
Al explicar las nuevas disposiciones, la Dra. Allison Arwady, jefa del Departamento de Salud Pública de Chicago, dijo que los bares interiores son sitios de mayor riesgo porque dificultan la distancia social, la actividad de beber elimina el uso de máscaras y al ser ruidosos se alza la voz para hablar salpicando saliva.
Arwady preciso que las personas más jóvenes son más propensas a las reuniones frecuentes con amigos, y a la interacción cercana todos los días, ampliando el potencial de riesgo de contagio. La mayor parte de la transmisión ocurre en entornos más privados, donde las personas se sienten seguras, agregó.