Artículo hace acusaciones infundadas sobre la respuesta de salud pública al brote de la viruela del mono

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Esta historia apareció por primera vez en FactCheck.org.

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Compendio SciCheck

Un artículo publicado en inglés y español repite la desmentida idea de que el brote actual de viruela del mono puede haber resultado de un virus que fue creado en un laboratorio. La nota también afirma infundadamente que la decisión de la Organización Mundial de la Salud de declarar el brote una emergencia de salud pública fue motivada por intereses económicos.

Historia completa

El 23 de julio, la Organización Mundial de la Salud declaró el brote de viruela del mono, o viruela símica, una emergencia de salud pública de importancia internacional, o ESPII. La decisión fue tomada por el director general de la organización, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, luego que el comité de emergencias no alcanzara un consenso en la materia.

Ante un creciente brote en muchos países, Tedros fue por encima de sus consejeros, que habían votado nueve a seis en favor de no declarar la ESPII. Muchos expertos de salud aplaudieron la decisión.

Pero un artículo del Dr. Joseph Mercola, un conocido activista antivacunas que ha sido catalogado como uno de los mayores propagadores de información errónea sobre el COVID-19, afirma sin evidencia que la declaración de la ESPII tuvo una motivación financiera y es parte de un complot que “justificaría la idea de continuar con la tiranía” que ha seguido a la pandemia del coronavirus.

“Desde principios de mayo de 2022, cuando se confirmaron los primeros casos de viruela del mono en Europa, muchas personas sospecharon que la viruela o la viruela del mono se convertiría en la próxima pandemia y que de esa forma se justificaría la idea de continuar con la tiranía y el Gran Reinicio del Foro Económico Mundial”, dice el artículo, publicado en inglés y español.

Haciendo un paralelo con teorías infundadas de los orígenes del COVID-19, la nota también sugiere incorrectamente que el virus de la viruela del mono fue “creado” en un laboratorio en China, afirmación que desmentimos recientemente, y entrega una visión distorsionada de las vacunas contra la viruela del mono.

Lo que hace que el texto de Mercola sea particularmente confuso es que entrelaza información correcta con información falsa a lo largo de la publicación, a menudo contradiciéndose a sí mismo. Esto hace que sea difícil para el lector discernir qué es verdad y qué no.

Acusación de intereses económicos

Como dijimos, la nota de Mercola sugiere, sin ninguna evidencia, que la decisión del director general de la OMS de declarar el brote una emergencia de salud pública se basó en intereses económicos.

“Podría decirse que el COVID-19 ha sido la mayor fuente de ganancias para las farmacéuticas en toda la historia, mientras que la viruela del mono sin duda se considera una futura fuente de ganancias”, dice el artículo, que propone que las autoridades de salud están utilizando el brote para incitar miedo y promover el uso de vacunas en beneficio de la industria farmacéutica.

“A medida que la fatiga del COVID aparece y las personas se resisten cada vez más a las vacunas, la viruela del mono permite que exista un nuevo ciclo de miedo y que se implementen nuevas vacunas experimentales. Me temo que esta es la razón por la que Ghebreyesus decidió de forma unilateral declarar la viruela del mono como una emergencia sanitaria mundial”, continúa.

Es cierto que, como Mercola apunta, el comité de expertos estuvo dividido en la decisión, con nueve miembros contra la declaración y seis a favor. Los miembros del comité “no alcanzaron un consenso con respecto a la recomendación” a formular al director general sobre “si se debía o no declarar” el brote una emergencia de salud pública de importancia internacional, de acuerdo a declaraciones de la OMS sobre la reunión.

Una ESPII se define como “un evento extraordinario que se ha determinado (…) que constituye un riesgo para la salud pública de otros Estados a causa de la propagación internacional de una enfermedad y que podría exigir una respuesta internacional coordinada”. Para habilitar tal respuesta, una ESPII le otorga al director general de la OMS el poder de emitir recomendaciones temporales para los estados miembros.

En junio, el comité de emergencias de la OMS había decidido no declarar la viruela del mono una emergencia de salud pública, pero estuvo de acuerdo en reconsiderarlo si, entre otras cosas, hubiera un aumento en el número de casos tanto entre como además de hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. La decisión fue criticada por varios expertos preocupados por la urgencia del brote. Una declaración de ESPII puede facilitar y agilizar la respuesta internacional, aumentar los causes de financiamiento y acelerar el desarrollo de vacunas u otros tratamientos necesarios.

Luego de la segunda reunión del comité (que duró siete horas), el 23 de julio, Tedros tomó la decisión final.

“He decidido que el brote mundial de viruela símica constituye una emergencia de salud pública de importancia internacional,” dijo.

Tedros argumentó que desde la última reunión del comité, los casos habían seguido creciendo alrededor del mundo, incluyendo cinco muertes. También dijo que las recomendaciones del comité de emergencias eran uno de cinco elementos que estaba obligado a tomar en cuenta antes de tomar la decisión. Los otros cuatro, dijo, son: la información que presenten los países; los principios científicos, evidencias y otra información pertinente; el riesgo para la salud humana, de propagación internacional y la posibilidad de trabas para el tráfico internacional; y los tres criterios para declarar una emergencia de salud pública de importancia internacional.

“En su evaluación, la OMS concluye que el riesgo de viruela símica es moderado a nivel mundial y en todas las regiones, excepto en la Región de Europa, donde estimamos que el riesgo es alto”, dijo. “También existe un riesgo evidente de mayor propagación internacional, aunque el riesgo de trabas para el tráfico internacional sigue siendo bajo de momento. Así pues, tenemos un brote que se ha propagado rápidamente por todo el mundo, mediante nuevos modos de transmisión, del que sabemos muy poco, y que cumple los criterios del Reglamento Sanitario Internacional”.

No hay evidencia de que estuviera “financieramente motivado” como sugiere Mercola.

De acuerdo a la documentación de la reunión del comité, aquellos que no estaban a favor de la determinación de la ESPII argumentaron que la declaración podría, entre otras cosas, aumentar la “estigmatización, la marginación y la discriminación” contra comunidades LGBTI+ y la demanda por vacunas que ya son limitadas.

Afirmación de que el virus fue creado en un laboratorio

Como hemos explicado, la viruela del mono es una enfermedad poco común causada por el virus de la viruela del mono, miembro del género Orthopoxvirus de la familia Poxviridae.

El virus de la viruela del mono se transmite de animales a humanos en áreas donde el virus es endémico, tales como zonas de la selva tropical de África central y occidental. El primer caso en un humano fue registrado en 1970. Una vez que una persona se infecta, esta puede propagar el virus a otras personas a través de contacto cercano, incluyendo contacto íntimo.

Por sus características, el brote actual de viruela del mono, detectado por primera vez en mayo en el Reino Unido, no tiene precedentes. Esta es la primera vez que la enfermedad se propaga en números tan altos a través del mundo. Hasta el 29 de agosto, había más de 48.500 casos de viruela del mono en 99 países, de acuerdo a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), con más de 18.000 personas infectadas en EE. UU. El brote también difiere de los anteriores en que la mayoría de los casos, pero no todos, ocurren entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres.

Pero nada de eso significa que el virus de la viruela del mono haya sido creado en un laboratorio, como Mercola sugiere falsamente en una parte de su nota.

“El virus de la viruela del mono se creó en el Instituto de Virología de Wuhan,” dice un subtítulo de la nota en español. El subtítulo de la nota original en inglés es un poco menos específico: “El virus de la viruela del mono se hizo en el Instituto de Virología de Wuhan”.

Luego dice, “Y al igual que con el COVID, existe evidencia de que es posible que no nos enfrentemos con algo que surgió de forma accidental y natural”.

Eso no es correcto. No hay evidencia que tanto el SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19, como el virus de la viruela del mono hayan sido diseñados intencionalmente, como la nota sugiere engañosamente. (Tampoco hay evidencia de que ninguno de los dos virus provenga de un laboratorio accidentalmente, sin ingeniería).

Mercola luego pasa a comentar un video publicado por John Campbell, un educador de enfermería jubilado del Reino Unido, sobre un estudio en el cual científicos del Instituto de Virología de Wuhan usaron un método conocido como “transformation-associated recombination” para crear una porción del genoma viral de la viruela del mono que luego pudiera ser utilizada en una prueba de diagnóstico para detectar la viruela del mono.

Como hemos escrito, no hay conexión entre el brote actual de viruela del mono y el estudio del Instituto de Virología de Wuhan. Los investigadores no crearon un genoma completo del virus de la viruela del mono, solo ensamblaron un fragmento de este, el cual no puede producir un virus funcional. Además, la secuencia viral de la viruela del mono que utilizaron es diferente a la del virus que está circulando. (Para más información, vea la nota de SciCheck “Posts Distort Chinese Research Creating Fragment of Monkeypox Viral Genome”).

Mercola reconoce parte de esto en su nota. Dice, por ejemplo: “no crearon ningún genoma completo en este estudio. El fragmento del genoma que usaron era solo un tercio del genoma completo del virus de la viruela del mono.” Pero un poco antes, dice engañosamente que los científicos “en esencia, construyeron un nuevo genoma”.

Alegaciones sobre la vacuna

El artículo de Mercola también podría dejar a los lectores con una idea errónea sobre las vacunas contra el virus de la viruela del mono y sobre la forma en que se están implementando para combatir el brote.

Por ejemplo, dice “no existe ninguna vacuna específica contra la viruela del mono”. Es cierto que las dos vacunas que pueden ser utilizadas contra la viruela del mono en EE. UU., Jynneos y ACAM2000 — también se usan contra la viruela.

Pero en 2019, la vacuna de Jynneos, que es la preferida por su perfil de seguridad, fue autorizada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) específicamente para prevenir la viruela del mono. La descripción de Mercola podría dejar la falsa impresión de que no hay ninguna vacuna autorizada por la FDA para la enfermedad.

Al contrario de lo que asegura la nota, que dice que “no está claro cuál de las dos vacunas están administrando en este instante”, hasta ahora la vacuna ACAM2000 no ha sido utilizada. Eso es porque tiene más efectos secundarios y puede ser peligrosa para las personas embarazadas y para aquellos con ciertas afecciones a la piel o sistemas inmunitarios debilitados, como personas con VIH, que según se ha informado incluye a cerca de un tercio de las personas infectadas durante este brote. Y como la ACAM2000 utiliza virus vaccinia replicante vivo (un virus ortopoxídico menos grave), quienes la reciben pueden propagar el virus de la vacuna a otras personas. Jynneos no tiene ese problema, ya que contiene un virus vaccinia modificado que no se replica.

Mercola también argumenta que la vacunación contra la viruela del mono es imprudente y se basa en muy pocos datos, diciendo, por ejemplo, que “no se sabe si la vacuna tendrá algún beneficio”.

Es cierto que no hay mucha información sobre qué tan bien, o por cuánto tiempo, funcionara la vacuna de Jynneos.

Datos de un estudio realizado a fines de la década de 1980 en la República Democrática del Congo sugieren que la vacuna contra viruela anterior a ACAM2000 era un 85% eficaz en prevenir la viruela del mono. No hay ensayos aleatorios controlados que estudien la eficacia de Jynneos contra la viruela del mono en humanos, pero hay datos de un ensayo de la viruela que muestra que la vacuna produce anticuerpos neutralizantes en personas que son comparables con aquellos producidos en respuesta a la vacuna ACAM2000.

La FDA autorizó Jynneos basada en esa evidencia, junto con datos de estudios en animales que muestran que la vacuna protegía a primates no humanos infectados con el virus de la viruela del mono.

Pero la evidencia que hay es suficiente para que los científicos confíen que la vacuna tendrá algún beneficio.

La doctora Boghuma Titanji, especialista en enfermedades infecciones de la Universidad de Emory, le dijo a NPR que no tenía ninguna duda de que Jynneos otorgaría alguna protección, incluso si no hay certeza de cuánta.

Cuando le da a alguien la vacuna, dijo, es clara respecto de sus limitaciones.

“Les digo, ‘Sabemos que va a obtener alguna protección con esta vacuna. Alguna protección es mejor que ninguna. También sabemos que la vacuna puede reducir la gravedad de la enfermedad si es que se infecta. Pero no sabemos con certeza si usted estará completamente protegido de contraer la viruela del mono”.

También es importante mencionar que actualmente los CDC no están recomendando la vacunación masiva. La vacuna de dos dosis está solo disponible para aquellos con una exposición conocida o supuesta a la viruela del mono, y para aquellos con un riesgo alto de exposición. La vacuna brinda la mayor protección dos semanas después de la segunda dosis.

El 17 de agosto, la doctora Rosamund Lewis, directora técnica para la viruela del mono de la OMS, digo que aunque no hay estudios sobre la eficacia específica de la vacuna en el contexto del brote actual, la OMS está comenzando a ver resultados de algunos estudios observacionales. Estos muestran protección, pero también algunos casos de infección tras la vacuna.

“No esperamos una eficacia del 100% para estas vacunas en la prevención de la viruela del mono”, dijo Lewis durante una teleconferencia. “No sabemos la información exacta. Lo que estamos viendo son casos de infección tras la vacuna que no son realmente sorpresivos, pero que nos recuerdan que la vacuna no es una panacea”.

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