Para las autoridades de Chicago, la estrategia para luchar contra la delincuencia radica en un mayor acercamiento con la comunidad.
El Chicago Hispano
Con la meta para el 2022 de al menos 1,5 millones de Interacciones Comunitarias Positivas (PCI) de la policía de Chicago, el triple del año pasado, la alcaldesa Lori Lightfoot y el superintendente David Brown siguen apostando por un enfoque de labor social para combatir el crimen.
El plan del Departamento de Policía de Chicago consiste en dar prioridad a esas interacciones como una estrategia para generar confianza en los vecindarios. Las PCI se definen como encuentros breves, espontáneos y de alta visibilidad, de naturaleza positiva, informativa, útil o constructiva.
La medida no es nueva, pero sí lo es la importancia que tiene dentro de la labor de los oficiales, quienes deben registrar cada interacción, que puede ser como ayudar a cambiar una llanta o dar orientación. La policía de Chicago comenzó a realizar PCI en el periodo del ex superintendente Garry McCarthy.
Actualmente, las PCI son parte de un cambio más amplio hacia la vigilancia comunitaria en el país. Sin embargo, la estrategia de la alcaldesa Lightfoot cuenta con opositores, que plantean dudas sobre su funcionalidad e incluso legalidad.
Un reportaje de Sun Times analizó la estrategia a partir de la publicación de una carta que el fiscal general del estado, Kwame Raoul, envió a los abogados de la ciudad, donde calificó de “profundamente problemático” el plan de la policía.
En la misiva aseguró que el objetivo del plan equivale a “un sistema de cuotas” con desventajas significativas, que resulta problemático en la aplicación de la ley. Raoul recomendó suspender el plan o al menos pausar el esfuerzo para alcanzar 1,5 millones de interacciones.
Un objetivo tan alto y mal definido podría resultar contraproducente y llevar a los oficiales a concentrarse en alcanzar una cifra, en contra del espíritu de vigilancia comunitaria, tratando a las personas como estadísticas y no como seres humanos con problemas, preocupaciones y necesidades, dijo.
En los primeros 20 días del 2022, según los informes de los oficiales, los PCI aumentaron de 3,341 del mismo periodo del año pasado a 78,560. El departamento aclaró que no se trata de una cuota, sino de cambiar la cultura de la ciudad. La intención es sacar a los oficiales de sus autos y escritorios.
“En muchas situaciones, los oficiales son el primer punto de contacto para los residentes y desempeñan muchas funciones. Son socorristas, enlaces, embajadores, y miembros de la comunidad ellos mismos”, aseguró en un comunicado.
El fiscal general Raoul recomendó desarrollar un sistema para auditar las PCI y eliminar el posible fraude o abuso. Sin un programa y capacitación específica, dijo, los oficiales priorizarán las interacciones con residentes que son más fáciles de involucrar en lugar de aquellos que desconfían de la policía.
El Sun Times analizó la información sobre los PCI registrados al 20 de enero y encontró ausencia de información importante para valorar la acción y el programa. Por ejemplo, ningún registro contiene información sobre a quién se ayudó o qué hizo que la interacción fuera positiva.
El 4 de enero que se conoció el plan, Lightfoot y Brown destacaron que las PCI son herramientas para involucrar a la comunidad y generar confianza. Sun Times informó que horas antes ambos habían amenazado con degradar a los supervisores que no pudieran entregar más PCI y arrestos.