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Afros y latinos buscan transformar el sur y el oeste 

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Redacción Negocios Now

La atención de la crisis migratoria en Chicago despertó el reclamo de comunidades afroestadounidenses y latinas que se sienten ignoradas después de vivir décadas de desinversión. Sin embargo, para sus líderes, significa una oportunidad de unirse y defender los lados sur y oeste de la ciudad.

Un reportaje de la Revista Borderless documenta situaciones de malestar y protesta entre residentes de color, incluso, ante la simple mención de los inmigrantes alojados en refugios que administra la ciudad, debido a que se sienten ignorados frente a la asistencia para los no ciudadanos.

Líderes comunitarios se encuentran en medio de esos legítimos sentimientos y el esfuerzo de la ciudad por atender una crisis humanitaria generada por los gobernadores republicanos, buscando una dirección que lleve al crecimiento y el fortalecimientos de los grupos de afros y latinos.

“Fue objetivo del gobernador de Texas, Greg Abbott, fomentar la división política entre las comunidades negras y marrones al enviar autobuses de migrantes a las ciudades santuarios como Chicago, y funcionó”, dijo el reverendo Kenneth Phelps, pastor de la Iglesia Bautista Misionera Concord en Woodlawn.

“Desafortunadamente, los negros y los morenos mordieron el anzuelo. No es sólo una disputa; somos testigos de ello. Las tensiones son reales”, aseguró en entrevista al relatar situaciones de malestar como la generada por la adaptación de la antigua Escuela Primaria Wadsworth como refugio para inmigrantes.

A pesar de que Phelps reconoce la complejidad de la situación para la ciudad, admite que también estaba enojado por el trato a las comunidades que fueron ignoradas y menospreciadas. No obstante, valoró la vulnerabilidad de los inmigrantes y decidió sumarse a la ayuda organizada para ellos.

Desde el 31 de agosto de 2022, han llegado a Chicago más de 39,000 migrantes desde los estados de la frontera sur en autobuses y aviones, la mayoría venezolanos. Los recién llegados no tienen documentos, ni hogar, ni trabajo, y la ciudad ha gastado más de $300 millones en refugios de emergencia, comida y otros servicios.

Sylvia Puente, directora ejecutiva del Latino Policy Forum, dijo que hay una tensión entre comunidades afro y latina, como entre residentes indocumentados de larga duración y los nuevos inmigrantes, “lo que es una oportunidad para que sus líderes hagan un frente en busca de beneficiar a sus comunidades”.

Los residentes de comunidades históricamente de escasos recursos han sido testigos del poder de los gobiernos local, estatal y federal para responder de manera decisiva a la emergencia por la llegada de migrantes solicitantes de asilo, y reclaman para ellos el mismo trato.

Su emergencia incluye todo, desde la atención a la inseguridad alimentaria y las brechas en la esperanza de vida relacionadas con la segregación racial y étnica hasta el acceso a alquileres asequibles y la equidad en las hipotecas de viviendas, apunta el reportaje.

Un tercio de las familias afros y latinas viven inseguridad alimentaria y hambre, el doble que familias blancas; hay también la mayor brecha en la esperanza de vida, 30.1 años, relacionada con la segregación racial y étnica; y la pandemia marcó la falta de inversión comunitaria.

Situaciones tan evidentes como la asistencia inmediata que reciben los solicitantes de asilo para obtener un permiso de trabajo frustra a residentes indocumentados que han esperado durante mucho tiempo esa oportunidad, narra el texto noticioso.

A los líderes comunitarios no se les escapa la injusticia de extender permisos de trabajo a inmigrantes recientes pero no a residentes indocumentados quienes incluso son voluntarios en organizaciones, como The Resurrection Project, para ayudar a los recién llegados.

Los líderes de la comunidad latina están solicitando al gobierno federal y local que hagan más que abordar los problemas de los migrantes a corto plazo y ofrezcan soluciones para los migrantes a largo plazo, informó Puente.

“Nos negamos a tomar partido porque se trata de una crisis humanitaria, pero también es una oportunidad para ayudar no sólo a los inmigrantes, sino a las comunidades afros y latinas que estaban desatendidas, simplemente porque hemos demostrado que podemos”, agregó Phelps.

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