Los delincuentes se aprovecharon de la situación para fingir que eran dueños de las propiedades y así estafar a sus víctimas.
El Chicago Hispano
Durante la pandemia de Covid-19, inquilinos y dueños de propiedades en la ciudad y los suburbios fueron víctimas de estafas.
Los delincuentes aprovecharon que debido a la emergencia por el coronavirus las propiedades vacantes, incluidos los apartamentos y casas embargadas, no estaban siendo vigiladas de cerca, indica un reporte del Sun Times.
El engaño de los estafadores consistía en fingir ser los propietarios reales. Entraban a departamentos o casas vacías reemplazando las cerraduras, mostraban el lugar a sus víctimas y firmaban contratos de alquiler.
Incluso las propiedades se anunciaban en línea y los inquilinos seguían el procedimiento normal, firmando un contrato de arrendamiento, pagando un depósito de seguridad y mensualidad de alquiler al supuesto propietario del inmueble, a veces durante meses, hasta que el dueño real de la propiedad se enteraba.
Esta tendencia se aceleró durante la pandemia, de tal forma que en algunos casos la unidad ya estaba en oferta por el propietario real, y el estafador cambiaba las cerraduras y la rentaba a otras personas que se mudaban ignorando la falsedad de su contrato de alquiler.
En otra forma de estafa recurrente, los delincuentes se hacen pasar por una nueva empresa administradora de edificios de apartamentos ante los inquilinos, a quienes engañan para que les desvíen el dinero del alquiler a sus cuentas.
El periódico describe que en Chicago y los suburbios hay un promedio de 8 a 10 estafas con vivienda de alquiler a la semana. Cuando el delito se descubre el estafador huye y el inquilino enfrenta el desalojo, aunque en algunos casos se puede llegar a un acuerdo con el propietario real.
Las fuentes consultadas coinciden en que la creación de un registro de alquileres en toda la ciudad podría ayudar a prevenir estafas al brindarles a los posibles inquilinos una manera fácil de averiguar quién es realmente el propietario de una vivienda en renta.
El teniente Scott Bailey, un detective de la policía de Lansing, describe en el reporte que los estafadores también buscan propiedades embargadas, obtienen las llaves de la caja de seguridad y publican en línea el lugar en alquiler con un nombre comercial falso.
Cuando cae una víctima, el supuesto propietario pretexta estar fuera de la ciudad, pero asegura que le enviará un contrato de arrendamiento por correo electrónico y dejará las llaves. Los nuevos inquilinos le envían su depósito y el alquiler y se mudan, solo para descubrir más tarde que se trata de una estafa, dice.